domingo, 12 de abril de 2009

La infinita contradicción

Ya lo veis: yo que siempre os digo que quiero ser una autora de culto, leída por unos pocos lectores que entiendan un poco del asunto, y hoy me descuelgo diciendo que querría estudiar el porqué una autora como Corín Tellado es tan leída. ¿No significa eso que yo también querría ser así de leída?

El caso es que en eso, como en tantas cosa en la vida, no creo que esté en condiciones de escoger. Yo escribiré lo que pueda y será leído por quien le guste. Y eso no podrá ser nunca fruto de un cálculo. Cómo mínimo, yo no puedo calcularlo, ¡ya me gustaría estar lo suficientemente informada para poder hacer una obra que fuera muy leída conscientemente! Sí, sí, me gustaría ser muy leída. Ahora, eso no quita que quiera hacer una obra de calidad. Es decir, me gustaría la popularidad de Corín Tellado, pero escribiendo como Borges... (No hace falta que os ahorréis la media sonrisilla, que no os veo...) Pero claro, llegar llegar, sólo llegaré donde modestamente pueda, seguramente quedándome ni tan solo a medio camino de ambos, aunque me gustaría más quedarme a medio camino de escribir bien como Borges antes que quedarme a medio camino de ser popular como Corín Tellado, francamente...

Otra cosa es la sinceridad. Parece que, por lo que he dicho, cualquiera que se ponga a escribir sinceramente ha de tener éxito. Y, por ejemplo, en el mundo de los blogs, la mayoría de los que escribimos somos sinceros y tampoco es el éxito que tenemos fuera del coto... Por tanto, con la sinceridad solamente no es suficiente. Pero es muy importante, y es un elemento más difícil de conseguir de lo que parece. Poco a poco, intentaré descubrir el resto de ingredientes, y la alquimia de su combinación. Para mí, ¡una aventura más emocionante que ir a la luna! (O que salir de casa...)

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