lunes, 3 de agosto de 2009

Proceso de vaciado

Escribir textos que después borro o tiro o quemo se ha convertido, con el tiempo, en una de mis actividades más practicadas... No es que me guste hacerlo, de hecho no me gusta nada, pero son cosas que no debí haber escrito. Por suerte, borrar, tirar, quemar es posible, y lo que una vez dijimos sin pensar demasiado en ello no queda grabado sobre piedra... A veces necesitas desahogarte diciendo una cosa. Pero no siempre te sientes cómodo con lo que has dicho. No es que te arrepientas de haberlo dicho, al contrario, volverías a hacerlo. Sólo que, cumplido el proceso de “vaciado”, ya no te interesa que el texto esté allí recordándote la sensación que lo provocó... ¿Es una lástima? ¿Es una forma de automutilación? Para mí, es simplemente una manera de protegerme de mí misma.

1 comentario:

Ferragus dijo...

No había abordado la escritura desde ese punto de vista. Supongo que al escribir, siempre deseamos que algo quede; no obstante, verlo desde el “vaciado” que propones, es interesante.
Saludos.