Alguna vez me ha gustado comparar el blog con una tiendecita. Si hay comentarios es que el producto sale bien. Si no hay comentarios es como tener una tiendecita de cubitos en el Antártico. (Ya os debéis haber fijado que casi nunca hay comentarios.) Sé que, si dejara comentarios en otros blogs de manera que me pudieran seguir el rastro, tendría muchos más comentarios. ¿Por qué no hago propaganda? ¿Debería hacerla? ¿Para obtener qué exactamente? Me parece que de momento continuaré con mi paradita de cubitos... sólo que tengo la esperanza que algún día se traslade ella sola del Antártico al Sahara, sin necesidad que yo haga nada diferente de lo que he hecho hasta ahora... Ahora, también podría ser que una paradita de cubitos en el Sahara, más que tener mucha demanda, se fundiera...
3 comentarios:
Cuando cambies la ubicación de la tienda, acuerdate de los pobre pingüinos que estuvimos comprando cubitos. Seremos gilipollas (hay que serlo para comprar cubitos en el polo), pero al menos somos tus pingüinos.
Besos gordos
YO NUNCA HE DICHO QUE SEAIS ESO QUE DICES, POR FAVOR!
Además, me hacen mucha ilusión todos los comentarios.
En lo referente al ejemplo de los cubitos, viene dado porque un cubito en el polo es algo que tiene poca salida. De allí el ejemplo. Pero no queria insultaros!
Me sabe mal que te lo tomes tan a pecho!
Clarissa
No, no me lo tomo a pecho. Bromeaba, palabra... ¿se me olvidó poner un ja,ja,ja después?... Sí, se me olvidó.
Está bien, añade un ¡ja,ja,ja! y considerame un pingüino más.
Besos gordos y pingüiniles (como quiera que sean)
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