No me había dado cuenta, pero ayer vine a decir que lo importante no es la forma de un escrito, sino su contenido. La cosa me parece curiosa porque yo misma había dicho en alguna ocasión que lo que más me interesaba de un escrito era que estuviera bien escrito. Supongo que debería especificar qué quiero decir por bien escrito: bien escrito quiere decir con una forma cuidada, pero también con un contenido que valga la pena. Un texto de estructura perfecta que no diga nada no sirve. Es decir, que cuando dije que lo que me importaba era que un texto estuviera bien escrito, este “bien escrito” incluía una buena estructura, pero también un buen contenido. De hecho, y a pesar que los textos puedan traducirse, yo creo que es casi inseparable el contenido de la forma. Las traducciones de poesía, a pesar que pierdan algunas de sus cualidades formales originales, también han de ser buenas como texto. No sé, este es un conflicto viejo como la escritura misma que no resolveré hoy...
No hay comentarios:
Publicar un comentario