Releo lo que he escrito más abajo, eso de no querer leer a estos dos escritores porqué me han parecido antipático el uno y aburrido el otro cuando los he visto u oído entrevistados, y me viene a la cabeza la entrevista que oí a Bassat. Me pareció un hombre sincero, decidido y lleno de energía, y corrí a comprar su libro; oyéndolo creí de buena fe que podía ser capaz de decir cosas interesantes. El libro resultó completamente decepcionante. Su autor se sabe vender muy bien a sí mismo, escribe buenos anuncios, pero no es “escritor”... Porcel y Espinàs, por la impresión que he sacado de oírles, no están acostumbrados a los medios y sus editores no deben ser conscientes de la impresión poco atractiva que causan. Por el hecho también, de ser personas mayores, con unos ritmos internos de otra época. Pero en cambio no me hace falta ser adivina para imaginar que sus libros tienen una solidez literaria que los del comunicativamente atractivo Lluís Bassat no tendrán nunca. Esta es, supongo, una paradoja más en nuestra sociedad donde los mass-media lo dominan todo. Pero yo creía de mí misma que no me dejaba atrapar por esta clase de trampas... se llaman apariencias.
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