sábado, 31 de enero de 2009

Frescura y amargura


Cuando empecé a llevar el blog, al menos dos personas me dijeron que mi blog era “fresco”... ¡No sabéis cómo me ha hecho romperme la cabeza esta denominación! ¿Significa que es bueno? ¿Significa que es bueno pero no lo suficiente? Para orientarme un poco, me he ido fijando en otras ocasiones que otras expresiones artísticas... (¿vuelo demasiado alto tratando el blog de “expresión artística”? En fin.) Pues me he ido fijando en otras obras que han merecido el calificativo de “frescas”, para saber más o menos qué quieren decir cuando me dicen que mi blog lo es, y las implicaciones que tiene esta palabra.

Una vez oí que una soprano había hecho un disco de música antigua. El locutor que la entrevistó le dijo que su voz en aquellas canciones sonaba “fresca”, y en principio eso parecía un elogio. Pero me di cuenta que lo había dicho para decir de alguna forma no muy heridora que aquello no sonaba como había de sonar un disco de música clásica según los cánones de aquel mundo... La voz era encantadora, fresca, vivificante, pero no sonaba como la de una soprano “de verdad”. Como mínimo eso me pareció deducir oyendo la entrevista.

Hoy he vuelto a oír que una obra se califica de “fresca”: se trata de Diari d’un soldat de pic i pala (Diario de un soldado de pico y pala). Han dicho literalmente: “no es una obra de calidad literaria, pero es muy fresca”. Una vez más que se usa el concepto de “fresco” para elogiar algo que no puede elogiarse según los cánones... Es decir, que en el fondo es una crítica encubierta, una manera de expresar una verdad negativa sin herir...

Por tanto, cuando me dicen que mi blog suena “fresco”, en el fondo me están diciendo que no suena como debería sonar una obra escrita por un “escritor de verdad”...

A pesar de ello, creo que sería un gran error intentar cambiar la manera de expresarme intentado conseguir que suene más literaria o más “de verdad” (cualquier cosa que eso sea). Creo que escribir es algo muy íntimo, que implica la expresión del yo, y si el yo se expresa de una manera “fresca”, aunque eso signifique que no está a l’altura, se ha de aceptar y no crearse mal rollo con ello. Intentar “maquillar” la expresión genuina creo que podría conducir a resultados todavía más desastrosos... Intentar descubrir por mi misma qué ha de pasarte por la cabeza para conseguir escribir un texto que suene “de verdad” es una cuestión en la que hace años que me trae de cabeza, aunque con pobres resultados, pero creo que si jamás lo encuentro habrá de ser a partir de lo que escribo ahora, de eso “fresco”, no de ningún giro copernicano en mi manera de expresarme...

No hay comentarios: