viernes, 31 de julio de 2009

La ceguera pagar

No se debe creer en la justicia: se debe creer en ser defendido por un buen abogado, un abogado caro.

jueves, 30 de julio de 2009

Molestia psicológica, compañía psicológica

Tenía una compañera de trabajo que, por malas experiencias con nuestro jefe, se había acostumbrado a guardar TODOS los papeles que entraban en la empresa, aunque ya no se usaran. Su teoría era que un papel no grita, no llora y que no debes darle de comer: en definitiva, que no molesta y por tanto guardarlo no representa ningún problema. No digo que eso no fuera una manera de hacer correcta para aquella empresa (que era la casa de los disparates), pero no creo que deba aplicarse a pies juntillas a la vida cuotidiana. Yo, en casa, cuando guardo papeles, me he dado cuenta que algunos producen lo que yo llamo molestia psicológica: es decir, que aunque no griten, no lloren y no deba darles de comer, guardarlos le pesa al espíritu, le son una carga. No sólo ocupan un lugar que podría destinar a tener papeles más interesantes, sino que cada vez que me acuerdo que los tengo siento su peso específico. La solución sería tirarlos, pero eso no siempre es posible, siempre hay algún papel u otro que más vale guardar, aunque pese psicológicamente. En eso de guardar papeles y trastos cada cual es distinto, y influye mucho es espacio de que se dispone, claro. Yo no soy una gran poseedora de trastos, no tengo espacio, pero sí de papelotes de todo tipo. Tengo papeles guardados que no me he mirado en diez años, pero que me resisto a desprenderme de ellos, son parte de mi bagaje. De vez en cuando hago una limpieza y despejo y tiro, pero los hay que sé que no voy a tirarlos jamás. Estos no son una molestia psicológica, sino una compañía psicológica, y me siento acompañada por el hecho de tenerlos. Y tiene razón: no gritan, no lloran, y no he de darles de comer.

martes, 28 de julio de 2009

Perdiendo fuelle

Tengo la sensación que últimamente, el blog ha decaído. Repito las ideas, me cuesta decir cosas suculentas, la cosa empieza a no tener sustancia; siento que no soy tan incisiva como solía: me parece que últimamente me he estacado como “posteadora”. El caso es que estoy pensado en escribir alguna otra cosa, alguna cosa que no sean “posts”: ficción, pero aún no sé como ponerme a ello. Se está cocinando, pero no sé si saldrá algo de provecho. Además, estoy segura que, al final, intente lo que intente, parecerá un post... En fin, sólo pido un poquitín de paciencia, estoy en ebullición. No quiero –ni puedo- dejar de hacer el blog, pero no me gusta que pierda fuelle y que diga las mismas cosas que ya he dicho mil veces de mil formas distintas. No sé, tendré que tomar una determinación, pero tampoco sé cual. Debe ser el calor... dejadme hacer una hibernación estival de contenidos (que no de escritura), una siestecilla, y a ver si de cara al septiembre puedo recuperar la chispa...

lunes, 27 de julio de 2009

Divino tesoro

Jamás me hubiera imaginado que sería del tipo de gente que van por el mundo murmurando “juventud, ¡divino tesoro!” y quejándose de sus achaques, pero lo que no tenía en cuenta es que hasta ahora siempre había sido joven... Como dice mi librero, que tiene 80 años, “tú también vas viniendo”...

domingo, 26 de julio de 2009

Caza, pesca y recolección

Los pescadores españoles le llevan a uno a pescar con ellos por un dólar al día. Hay muchos atunes que pican. La pesca destroza la espalda y los tendones; es un trabajo de hombres incluso con una caña que parece el mango de una azada. Pero si uno pesca un gran atún después de una lucha de seis horas, una lucha entre hombre y pez hasta que los músculos duelen por la tensión ininterrumpida, y por fin lo arrastra junto al bote, verdezazul y plateado contra el pálido océano, se sentirá purificado y podrá entrar con la cabeza alta en presencia de los dioses mayores, que le dispensarán una buena acogida.”

La pesca del atún en España

Publicado en Toronto

Ernest Hemingway


(así es como me siento yo después de haber “cazado” un libro que me gusta... no me paso seis horas matándolo, pero es comestible y alimenticio como un gran atún)


viernes, 24 de julio de 2009

Quien espera no desespera

Cuando estudiaba, hace ya más de diez años, planté una pequeña semilla. Hace cosa de años y medio, el tallo se convirtió en tronco. Hoy, he visto la primera hoja. Pronto, muy pronto, florecerá, rojo y azul. No falta mucho para que de fruto: quizá será cosa de medio año, quizá de un par de años, incluso puede que tarde diez años; pero tarde o temprano me comeré el fruto que he estado esperando ardientemente durante todos estos años. Y será sabroso, y dulce, muy dulce... Ahora sólo es cuestión de esperar.

miércoles, 22 de julio de 2009

Los sospechosos van al cielo

Normalmente no hago necrológicas, pero hoy haré una excepción con Frank McCourt, que parece ser que ha muerto. Con Paul Auster, es uno de mis “sospechosos habituales”, y uno de los pocos escritores “actuales” que creo que valen la pena. Leí llena de emoción Las cenizas de Ángela, y tengo pendientes de leer Lo es y El profesor, que como ya no me estiran las novelas tengo un poco aparcados, pero que pienso ponerme a ello así que pueda, porqué estoy segura que aunque ahora ya no suelo leer novelas son libros que valen la pena, y me hacen ilusión. De su primera novela dijo que era un “libro modesto, escrito de una manera modesta”. La misma modestia de la que está hecha la gran literatura, diría yo. Además, estoy segura que no es un libro que deba creerse al pie de la letra, no en vano el autor es irlandés, pero el hecho de no poder distinguir qué es verdad y qué se inventó, el hecho de que la amalgama esté bien cuajada, y “cuele”, me parece que es una de las cosas que le dan grandeza. En fin. Descanse en paz.


domingo, 19 de julio de 2009

Palabras del Escritor

Quienes dicen que el arte no debe propagar doctrinas, suelen referirse a doctrinas contrarias a las suyas.”

El primer Wells
Otras inquisiciones

Jorge Luis Borges

sábado, 18 de julio de 2009

Una cuestión de prioridades

El otro día dije que había gente que no veía más allá del sueldo miserable que ganaba a final de mes... Pero es evidente que “ver más allá del dinero” es muchísimo más fácil cuando te ganas bien la vida...

Leyendo los poemas de Sylvia Plath...

A pesar que haya hablado de ella muchas veces, yo de Sylvia Plath sólo había leído La campana de cristal, y hace ya muchos años. Me había gustado mucho, pero. Desde hace unos cuantos meses, me he puesto con su poesía, que, ayudada de las traducciones en catalán y castellano, intento descifrar en inglés. Y puedo, aunque parezca mentida, puedo. Me gusta, pero no tanto como creía y en comparación con otros poetas que he leído de la misma forma. Me gustaba mucho al principio, me impactaban las imágenes, era estimulante como la comida picante, pero veinte poemas después de las mismas imágenes gore... qué queréis que os diga... Llega un momento en que dices: pero para ya, para de idealizar la sangre, para con las imágenes violentas, ¡para de decir que quieres morirte! Todo con una exquisita sensibilidad y unas asociaciones sorprendentes, pero lo que dice se reduce básicamente a esto, a esta fascinación por la destrucción y el desamor. Incluso hay poemas más conseguidos que otros dentro de este contexto de vomitar “gore”. Los poemas que más me han gustado: Lady Lazarus, Lesbos y, sobre todo, Tulipanes, que creo que trasmite muy bien lo que es estar tumbada en la cama de un hospital mental. Hay otros que me han gustado, pero hay alguno, como aquel en que se corta el dedo y sale la sangre a borbotones, que me han parecido francamente exagerados y fuera de lugar. Ya digo, tantas imágenes gore empiezan a mosquearme. Continuaré leyendo, pero, leeré hasta acabar Ariel, y después seguiré con Árboles de invierno, que viene a continuación. No se puede negar que son unos poemas llenos de fuerza y de imágenes fascinantes... sobretodo las imágenes y las asociaciones, pero el conjunto hace un dibujo un poco sanguinario para mi gusto.

También querría decir que Silvia Plath transmite muy bien la parte oscura dela maternidad, el hecho de que cuando se tiene un hijo, a pesar que le ames por encima de todo, no todo el monte es orégano, y que también hay malos momentos. Eso, esta doble experiencia con los hijos, que yo había leído muy pocas veces, porque normalmente en las novelas y las películas tener hijos es maravilloso y no se habla de las dificultades. Por lo que yo he ido observando, a la hora de tener un hijo, o más de uno, una mujer se enfrenta a una difícil conjugación entre las exigencias a las que se la somete como madre y continuar siendo una mujer, un ser humano con necesidades propias que también deben ser satisfechas. La maternidad cada vez me parece más difícil y admirable, pero también más dura.

Y para acabar querría decir que leer el testimonio de alguien que sólo espera la ocasión para morirse no es nada agradable. La sed de morbosidad que pueda tenerse en leerlo queda superada por lo triste que resulta. De acuerdo que probablemente sin esta fascinación que ella sentía por la muerte no tendríamos estos poemas tan llenos de fuerza y de imágenes, de acuerdo que son diferentes de los típicos poemas alabando las florecillas del bosque, de acuerdo que son un testimonio sincero de tal y como ella se sentía, y que contra eso no puede haber nada a discutir... Pero gracias a leer estos poemas he aprendido cosas sobre lo que no quiero que sean mis textos. Y el testimonio de alguien que sólo quiere morirse lo que me produce es repugnancia. De acuerdo que yo me he querido morir muchas veces, pero no era consciente que eso de querer morirse sonara tan feo... En resumen, o se habla de lo bonita que es la vida (que no siempre es bonita, pero bueno...), o no se habla de nada, porqué para deprimir al personal ya están las noticias...

viernes, 17 de julio de 2009

Con derecho a voto

Recuerdo cuando no tenía edad para votar. Los profesores, los abogados, los médicos, todos iban a votar e ir a votar hacía a una persona democrática, culta, moderna. Los profesionales liberales votaban, en cambio los mineros y los barrenderos (por decir un ejemplo al azar de persona que gana poco y hace un trabajo que nadie quiere) pasaban olímpicamente. Siempre que oigo por la radio a gente que dice que va a votar, se trata de gente que ha tenido acceso a la educación, gente culta, gente que ha viajado. Cuando por la radio oigo a alguien que dice que pasa de ir a votar se ve en seguida que es de clase baja, que tiene mala dicción, que no ve más allá del sueldo miserable que gana a final de mes y falta muy poco para que en la radio digan que le huelen los pies...

Una vez, trabajando de dependienta en una panadería, vino la hija de la casa (que no solía acercarse por la tienda por miedo de que el trabajo duro le pegase algo) y me dijo que ella nunca había ido a votar, pero que ahora salía con un chico del partido (ya os podéis imaginar de qué partido; también os podéis imaginar mucha plata por parte del chico), y que su novio no se creía que ella jamás hubiera ido a votar, que se debía ir a votar, que era tan importante ir a votar... cuando le dije que yo si que votaba casi se cae de culo. Una “blanca pobretona” sin estudios que trabajaba para sus padres, ¡sabía que se debía ir a votar!, mientras que ella, que era de casa bien, antes de enamorarse jamás se había dado cuenta, que eso de votar fuera tan importante... no se imaginaba que le pudiera pasar algo así... Yo tampoco imaginaba el prestigio que puede darte el hecho de ir a votar ante alguien con intereses en que votes... ¡sobretodo en época de elecciones!

Desde que tengo el blog, he observado que, entre los blogueros, como mínimo entre los que yo conozco, que no por casualidad la mayoría son profesores, se va votar. Es decir, que son personas de nivel con conciencia social a quienes no huelen los pies. Yo, como buena bloguera, y porqué también me gusta ser como mis enrollados amigos internáuticos, he continuado yendo a votar.

El caso es que me doy cuenta que eso de ir a votar tiene tanto prestigio porque se practicaba en la antigua Grecia, y lo practicaban los ciudadanos. Pero todo el mundo olvida que estos ciudadano tenían esclavos, y que los esclavos no tenía derecho voto. Es decir, que no votaba todo el mundo. ¿De verdad alguien se cree que cuando puede votar todo el mundo este voto tiene algún valor? Yo, que siempre he ido a votar, jamás había caído en eso... siempre había pensado que votando hacía algo importante, que la cosa tenía valor, pero cada vez estoy más convencida que votar no sirve para nada. Oigo los políticos en tertulias radiofónicas y pienso que son unos peleles. ¿De verdad se creen que la gente es imbécil? Entiendo que cada vez haya más abstención. Me estoy planteando seriamente pasarme al bando de los que les huelen los pies, y dejar de ir a votar. Para siempre. El único problema es que... un país donde no se vote me parece una alternativa mucho más turbia que tener que aguantar a cuatro peleles “trepas” y mentirosos...

jueves, 16 de julio de 2009

Dictadura de la moda incluso en eso

Recuerdo cuando murió Ana. Los blogs explotaran la noticia durante meses, se le hicieran homenajes, se leyeron sus textos... todo el mundo estaba conmocionado. Ahora ha muerto Natalia, exactamente por el mismo motivo, pero nadie parece haber parado mientes en ello: no se le harán homenajes, nadie leerá sus textos. Ya no está de moda.

martes, 14 de julio de 2009

El viejo debate

No me había dado cuenta, pero ayer vine a decir que lo importante no es la forma de un escrito, sino su contenido. La cosa me parece curiosa porque yo misma había dicho en alguna ocasión que lo que más me interesaba de un escrito era que estuviera bien escrito. Supongo que debería especificar qué quiero decir por bien escrito: bien escrito quiere decir con una forma cuidada, pero también con un contenido que valga la pena. Un texto de estructura perfecta que no diga nada no sirve. Es decir, que cuando dije que lo que me importaba era que un texto estuviera bien escrito, este “bien escrito” incluía una buena estructura, pero también un buen contenido. De hecho, y a pesar que los textos puedan traducirse, yo creo que es casi inseparable el contenido de la forma. Las traducciones de poesía, a pesar que pierdan algunas de sus cualidades formales originales, también han de ser buenas como texto. No sé, este es un conflicto viejo como la escritura misma que no resolveré hoy...

lunes, 13 de julio de 2009

Poesía traicionada

Una de las grandes pasiones de mi vida ha sido la poesía traducida. Sí, ya lo sé, la poesía, según dicen, debe leerse en su lengua original; en toda buena poesía hay elementos como la musicalidad, el ritmo, la rima, que están más allá de lo que puede abarcar la traducción. Pero pueden traducirse las imágenes, las emociones, los sentimientos, la verdad humana. Por todo ello la poesía que yo he leído, más que una poesía de ritmos y sonoridades, es una poesía de imágenes, emociones, sentimientos y verdad humana. Como cazadora de imágenes que soy (las necesito para regurgugitarlas en mis escritos), como persona negada para la música (la oigo y me gusta, pero no tengo ningún tipo de sentido musical), la poesía traducida me proporciona el acercamiento a este elemento tan difícil de definir de la manera que yo soy más capaz de acercarme a él. Más cuando pienso que, si alguien ha pensado que aquel poema en concreto vale la pena de ser traducido, ya ha hecho una primera selección, y el poema tiene más posibilidades de gustarme. Con los años me he dado cuenta que obtengo mejores imágenes de las traducciones que de los poemas originales en catalán (en castellano es un poco diferente), quizá porqué en la traducción, habiendo desnudado el poema de los elementos más vistosos y en los que te fijas primero, quedan sólo los huesos, es decir, las imágenes desnudas. Hoy he descubierto una página que traduce poesía desde unas lenguas minoritarias y lejos de mi alcance, y de autores minoritarios lejos del alcance de los libros que normalmente se traducen; no hace falta decir que me he puesto el babero...

domingo, 12 de julio de 2009

Happy flowers (y sin fumarme nada...)

Lo que escribí ayer lo decía por un anónimo que recibí ayer precisamente, no por mis comentaristas habituales. Me temo que sobredimensioné las cosas saliendo como una posesa a matar moscas a cañonazos... Quiero decir que tampoco había para tanto, y que tengo la piel muy fina. Si quiero que todo el mundo puede decir lo que quiera, el precio es que pase alguna cosa de estas de vez en cuando... supongo que no pasa nada. Una vez exhibida la artillería, me encuentro mucho mejor... ¡esto del blog es mejor que el diván del psicoanalista!

sábado, 11 de julio de 2009

No todo el monte es orégano

El otro día dije que había recibido elogios, durante este tiempo de llevar el blog. Sí, es cierto. Pero también he recibido críticas. Y si los elogios son difíciles de encajar, porqué te hacen tener una visión irreal de tu propio talento, las críticas, o más que críticas las opiniones negativas y los insultos, aún no sé como asumirlas. La imposibilidad de tener un diálogo cara a cara con la persona que me deja unas palabras ásperas y que a menudo se escuda en el anonimato lo hacen bastante aborrecible. Precisamente de cosas como esta quería protegerme cuando cerré los comentarios. Y más cuando tienes la sensación por lo que te dicen que no han entendido en absoluto lo que tú has escrito. Yo siempre me esfuerzo por ser clara, pero, a veces, demasiadas veces, la gente entiende lo que quiere, y si quiere sentirse ofendida puede sentirse ofendida, malinterpretar es fácil. Comentarios como estos me hacen pensar en aquel texto que reseñé al principio del blog que decía que hay lectores que “no han tenido las herramientas necesarias para enfrentarse a un texto”. Son lectores que, si leyesen mejor, o simplemente leyeran lo que está escrito, no podrían sentirse de ninguna manera ofendidos por lo que yo he escrito. Pero como que lo han leído deprisa y corriendo, lo han malinterpretado y a la postre les encanta hacerse los ofendidos dejando un comentario heridor... ¿Para eso me esfuerzo tanto en redactar bien? ¡Quizá eso es lo que me creo, que redacto bien! Algo falla. Me parece que me queda mucho por aprender todavía; he de aprender a matar los “puntos oscuros” que a veces sin querer dejo en los textos (pensando que ya se entiende) y que son precisamente en los que se escudan este tipo de lectores. Todavía he de aprender a no dejar resquicios para no ser malinterpretada. No digo que no me merezca críticas, me gustan cuando es el sentido común quien las dicta; una buena crítica a tiempo puede ayudar mucho; pero es diferente criticar que insultar: lo único que digo es que yo no tengo palabras ásperas para nadie y no me merezco las palabras ásperas de alguien que ni tan solo se para a leerme bien. Cuando me pasan cosas como estas, me siento como si estuviera tirando margaritas a los cerdos. Cerraría el blog.

jueves, 9 de julio de 2009

El penúltimo cigarrillo

Si alguien lee lo que escribí hace dos posts, sacará acertadamente la conclusión que “me lo tengo muy creído”, que ya pienso en “fichar” por un periódico... que se me han subido los humos, en una palabra... Pero una cosa es que sueñe que con lo que escribo pueda ser columnista de un periódico y la otra muy diferente que espere que realmente eso pueda pasar; no tengo tantos delirios de grandeza. Lo que pasa es que los elogios quizá un pelín indiscriminados que he recibido desde que tengo el blog (¿hay nada más peligroso que un elogio suelto?) quizá me han hecho coger una confianza en mis posibilidades que no debería tener, visto lo que escribo, y como ya me dijeron una vez. Es decir, que yo estoy convencida de que lo hago muy bien (sino ya no escribiría, evidentemente), pero eso no significa que no sea consciente que haya quien pueda no pensar lo mismo, o que no sepa que hay gente que tiene blogs (y gente que no tiene blogs) que escriben mucho mejor que yo. El blog es mi práctica diaria para aprender a pesar palabras, y me encanta practicar y continuar aprendiendo, pero soy perfectamente consciente que los borradores no se enmarcan.


miércoles, 8 de julio de 2009

Juzgar un libro por la cubierta

Releo lo que he escrito más abajo, eso de no querer leer a estos dos escritores porqué me han parecido antipático el uno y aburrido el otro cuando los he visto u oído entrevistados, y me viene a la cabeza la entrevista que oí a Bassat. Me pareció un hombre sincero, decidido y lleno de energía, y corrí a comprar su libro; oyéndolo creí de buena fe que podía ser capaz de decir cosas interesantes. El libro resultó completamente decepcionante. Su autor se sabe vender muy bien a sí mismo, escribe buenos anuncios, pero no es “escritor”... Porcel y Espinàs, por la impresión que he sacado de oírles, no están acostumbrados a los medios y sus editores no deben ser conscientes de la impresión poco atractiva que causan. Por el hecho también, de ser personas mayores, con unos ritmos internos de otra época. Pero en cambio no me hace falta ser adivina para imaginar que sus libros tienen una solidez literaria que los del comunicativamente atractivo Lluís Bassat no tendrán nunca. Esta es, supongo, una paradoja más en nuestra sociedad donde los mass-media lo dominan todo. Pero yo creía de mí misma que no me dejaba atrapar por esta clase de trampas... se llaman apariencias.

martes, 7 de julio de 2009

Columna diaria

Hace pocos días murió Baltasar Porcel; yo no le seguía demasiado ni le leía porqué le había oído en alguna entrevista y le encontré antipático. También es muy mayor Espinàs, a quien tampoco he seguido demasiado ni he leído porqué le he oído en alguna entrevista y lo encuentro aburrido. Ambos tienen en común haber estado desde tiempos inmemoriales escribiendo una columna diaria en el periódico. También tienen en común que la gente suele estar de acuerdo que escribir cada día hace que la calidad se diluya, que muchos días no se dé el nivel, ni ningún nivel. Esto no lo digo yo, que no los he leído: lo he oído decir de ellos, de los dos. Todo el mundo les concede el mérito de escribir cada día, cosa que se está de acuerdo que es muy difícil, pero también reconocen que eso les ha pasado factura en lo referente a la uniformidad de la calidad. Que, una cosa es escribir cada día, y otra de muy diferente es escribir algo genial, o tan solo algo bueno, cada día.

Ya sé que a mí, a diferencia de ellos, no me pagan por escribir, ni nadie selecciona como bueno lo que yo escribo, ni ha sido escogido nunca por nadie como merecedor de la atención de los lectores de un periódico de manera remunerada, pero yo también he estado durante mucho tiempo escribiendo un texto cortito casi cada día. Algunos días dos, algún día ninguno, pero he estado llevando un buen ritmo. La verdad es que, si se ha dado una disolución de la calidad por el ritmo constante de la escritura, yo no me dado cuenta. (¡Claro que quizá no haya habido nunca ninguna calidad a diluir, je je! ) A mí me parece que escribo cosas interesantes siempre, como mínimo siempre escribo cosas que a mí me parecen interesantes, y no tengo claro que a estos dos escritores les interese siempre lo que escriben. Lo que quiero decir es que, a diferencia de escribir para un periódico, si un día no tengo nada interesante por decir no digo nada y no hay problema. Eso, me parece, es clave a la hora de no generar paja y que la calidad no se escurra como si alguien hubiera quitado el tapón del desagüe.

Pero eso no quita que, a pesar de la libertad que da el blog en todos los aspectos, yo no sueñe hacer lo mismo en un medio “de verdad”, un medio del que salga a chorro el níquel, cada día si hace falta, ciñéndome a una extensión prefijada, si hace falta (algo que, eso sí, debe ser dificilísimo...), siento mucho más criticada de lo que soy ahora con mi blog casi invisible, si hace falta. En fin, una idea de bombero, porqué me parece poco probable que alguien me contrate para hacer lo mismo que ya hago ahora gratis... y sin saber hablar de política, además.

domingo, 5 de julio de 2009

Darse cuerda a una misma

Mi librero tenía un blog, pero lo cerró y ahora tiene otros intereses, y ni tan solo lee blogs. Conozco otro librero que continua teniendo blog, pero como estaba en esto de los blogs para encontrar pareja, y ahora ya tiene pareja, cada vez tiene menos interés en ello, y muchas veces se aburre en este mundo. Dicen (o decían, no sé si los datos han cambiado) que un blog tiene una media de vida de unos tres años. Que después la gente se cansa. Bueno, yo vivo mi tercer año de llevar el blog, y todavía necesito publicar. Y todavía leo blogs, aunque no leo los mismos que cuando empecé a leer blogs... Continuo pensando que un blog es una herramienta imprescindible, sobretodo para estar al día de los libros que van saliendo y pasar un buen rato. Cuando los blogs se pusieron de moda yo ya hacía un año que lo tenía, y me sentí muy moderna. Ahora, traspasados los tres años, me siento como un viejo diplodocus, como si me hubiera estacado mientras los demás han ido evolucionando, como si no fuese normal continuar teniendo los mismos intereses después de tanto tiempo... También veo que llega otro verano en que la mayoría de blogueros se iran de vacaciones y cerraran a cal y canto su blog, en cambio yo continuaré al pie del cañón, junco solitario en medio del marasmo. En fin, que esté o no de moda, signifique evolución o involución, tengo cuerda bloguera para rato...

jueves, 2 de julio de 2009

Arte de lavar los platos sucios en público

Lavo los platos.

Viene mi madre y me riñe porqué, según ella, no enjuago bien los platos y en ellos queda espuma; me riñe porqué no gasto el agua suficiente lavando los platos. Es evidente que por un crimen así me merezco esta bronca monumental.

Continuo lavando los platos.

Viene mi padre y me riñe porqué, según él, hay una mancha de humedad bajo la pila que ha salido desde que soy yo quien lava los platos; me riñe porqué gasto demasiada agua lavando los platos. Es evidente que por un crimen así me merezco los gritos y el humor de perros.

Estas son las ventajas que conlleva el que me mantengan mis dilectísimos progenitores.

miércoles, 1 de julio de 2009

Benefactores de pocas palabras

Ayer uno por la radio decía que, los futbolistas, cuando hablan en público, tienen muy poco discurso, y que deberían tener, como los políticos, alguien que les escribiera lo que deben decir... (como si el discurso de los políticos dijese algo...) Que deberían tener un guión para ser capaces de decir algo con sustancia, vaya. Yo creo que este hombre se equivoca. Si los futbolistas se pusieran a decir cosas con sentido común podría ser incluso peligroso! Si los futbolistas tuvieran opiniones razonadas sobre las cosas y las expresaran, la gente también querría tener opiniones razonadas sobre las cosas. Si los futbolistas se pusieran a pensar, o pareciera que piensan, toda la gente que compra las camisetas de sus ídolos, con su afán de imitación, también querrían ponerse a pensar! Horror y terror. Si incluso a los políticos les escriben concienzudamente los discursos para que no digan nada, aunque parezca que sí! Los futbolistas tienen la ventaja que no dicen nada, pero tampoco parece que digan nada. Un futbolista tiene mucho más poder de convocatoria que un político. Si, imitando a los futbolistas que tienen opiniones razonadas, la gente se pusiera a pensar, ¡sería el fin de nuestra sociedad tal y como la conocemos! ¡Creedme, que los futbolistas no tengan discurso es un BIEN PARA LA HUMANIDAD!