martes, 3 de marzo de 2009

El gran ciervo blanco

Ahora estoy leyendo un libro sobre el rey Arturo donde un caballero cualquiera puede verse empujado a emprender las actividades más insospechadas porqué son su demanda, su misión, su aventura, lo que debe hacer para demostrar que es un caballero. ¿Qué significado veo en ello? Que, da igual si somos caballeros medievales o personas del siglo XX: cuando queremos algo, cuando se nos pone un objetivo entre ceja y ceja, hacemos lo que sea para conseguirlo, aunque nuestra “misión” pueda parecer absurda al resto de los mortales (a mí las misiones de los caballeros del libro me parecen absurdas, pero no me dan ganas de reírme de ellas). Hacemos lo que sea por esta misión, para conseguir aquello que nos hemos propuesto: estamos dispuestos a vivir y a luchar, y a enfrentarnos a lo que sea, como hacen estos caballeros. Los caballeros del libro hacen cosas tan absurdas como perseguir animales blancos, y usan la espada para ello; son cosas que a mí jamás me moverían de la silla, ni entendiendo porqué les mueven a ellos... pero, si me paro a pensarlo, yo también persigo una especie de gran ciervo blanco, una cosa que para otra persona podría estar entre las más absurdas. Lo tengo entre ceja y ceja, y como dicen los caballeros a quien se lo pregunta, es mi demanda, mi aventura, y no pararé hasta llevar la pieza (lo escrito) a mi rey Arturo (la posteridad).

(Corcholis, me parece que queda un poco pedante dicho así... pero aunque sea un sentimiento irreal, ¡suena tan bien!)

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