sábado, 28 de marzo de 2009

Pessoa y la lluvia

Durante la guerra, mi librero tuvo que esconderse en el bosque. Sí, sí, los mismos bosques de Sant Miquel que salen en Soldados de Salamina; sólo que sobre él nadie escribió un libro. Una de las peores cosas de la vida en el bosque era la lluvia. Cuando llovía... Todo quedaba mojado y frío, y no había forma de echarse, de estar de pie, de guarecerse. Durante el resto de su vida miró la lluvia con aprensión; cuando llovía no salía de casa, y permanecía a la vera de la ventana quietecito agradeciendo profundamente el hecho de tener un techo. La lluvia siempre le ponía nervioso, y eso que era hortelano y para las plantas la lluvia es una bendición... A veces he pensado que Italo Calvino, para escribir el Barón Rampante, no vivió la lluvia en el bosque, que nadie hubiera aguantado la vida que lleva Cosimo un día de lluvia, que sólo un personaje de ficción puede vivir en un bosque italiano donde jamás llueve...

Pessoa, en el Libro del Desasosiego, muestra una inquietud semejante a la de mi librero ante la lluvia. No sé qué le debía pasar a Pessoa que justifique eso, pero para él la lluvia es un estado de ánimo, y el agua es siempre una tormenta.

Uno estos recuerdos sobre la lluvia para rebautizar mi blog y empezar una nueva andadura, si puedo más íntima, si puedo más centrada en la poesía. (Digo si puedo porque yo soy la misma, y me temo que no podré evitar que lo que escriba sea lo mismo. Precisamente por ello no renuncio al pasado, a aquello ya escrito.) Lo intentaré.

(El subtítulo no significa que yo vaya a escribir algo que no pueda leerse mejor escrito en un libro de verdad, como podría interpretarse. El subtítulo significa que, para las personas que leemos mucho, va bien tener en cuenta que el mundo no se acaba en los libros, y lo he puesto para recordarme a mi misma que quiero empezar a aprender del mundo exterior.)

Nuevo nombre, nuevos colores, y renovada energía, pero idéntica pasión.

1 comentario:

Ferragus dijo...

Es un placer seguir tus pasos; sobre todo, entre boques y humedad.