lunes, 13 de abril de 2009

A vueltas con la sinceridad

Volviendo a la sinceridad, a lo difícil que resulta a veces ser sincero, yo también me planteo a veces si no soy demasiado sincera, en el blog: si debería evitar decir según qué. Por ejemplo, que tengo una enfermedad mental... que he intentado suicidarme tirándome al tren... que tengo un empleo haciendo el mismo trabajo que los discapacitados... es evidente que todo eso no debería decirlo, porqué son cosas personales de las que si las dices se pueden derivar más perjuicios que beneficios. Es evidente que todo eso que explico está estigmatizado. Explicar todo eso soy consciente que es como ese muñequito el día de los inocentes que yo misma me cuelgo. Pero me doy cuenta que, si bien resulta difícil explicarlo, ha llegado un punto que para mí lo difícil sería no explicarlo... Quiero decir que reprimir la necesidad de decir algo que tienes muchas ganas de decir rompe el flujo de la creatividad; eso me ha pasado: se me ocurre un post que descarto por demasiado comprometedor, no lo escribo y entonces no se me ocurre nada hasta que finalmente lo escribo, a pesar de todo. Es decir, que me quedo bloqueada hasta que no digo lo que realmente, inconscientemente, quiero decir... Esta manera de funcionar es un poco cabreante... Es decir, que a pesar del estigma, a pesar de la dificultad de decir según qué, digo lo que digo porqué es lo que quiero decir, lo que me sale de los cojones decir. Y, en realidad, no me gusta demasiado que sea así... Como escritora, veo que me gustaría hablar de temas más “honorables”, “intelectuales” y “políticamente correctos”... Pero en fin, volvemos a aquella reflexión con la que empezaba este blog respecto a que he de aceptar mi material... Y si no puedo tener una enfermedad honorable, si no puedo ser tan intelectual como me gustaría, y si a veces no puedo ser todo lo políticamente correcta que debería... pues he de aceptarlo. Ahora, a buen seguro que las vecinas, sobretodo aquellas que miran cuantos juegos de sábanas colgamos en el balcón, se escandí lazarían profundamente... (en caso de poder leerlo, que no sé ni si saben...) ¡Y no hace falta decir que es así como me gusta!

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