jueves, 9 de abril de 2009

Escribir en femenino

Hoy he encontrado una página con poemas de una persona que fue profesora mía de escritura creativa. Todavía no me he recuperado. Ha sido un gran impacto el saber que, ¡ella también! ¡¡¡tiene un blog!!! (sí, sí, como esta que viste y calza y que fue su humilde alumna). La verdad es que hacia años que no pensaba en ella, pero habría sido la última persona que me hubiera pensado que se pondría a escribir... ¡gratis! Los poemas continúan siendo igual de malos que los de cierta persona a quien quiero mucho (es sólo puro narcisismo?), ¡pero ella enseña a escribir novelas!

Luego, he leído un texto sobre Amélie Nothomb, una escritora que descubrí hace poco, y que me gustó, pero no para leer de ella más de un libro, aunque igual me lío la manta a la cabeza y reincido el día que necesite algo ligerito. Es como el champán: hace mucha burbuja, pero como bebida alcohólica le falta grado. Es leche desnatada. Pero lo que más me interesa de esta escritora es que escribe cada día durante cuatro horas... ¿seguidas? Yo no escribo durante cuatro horas al día. ¿Significa eso que nunca publicaré nada? No sé, yo procuro estar por la calidad, no por la verborrea. A veces es mejor escribir menos y profundizar más. Quiero decir que escribiendo durante cuatro horas seguidas, como mínimo si yo lo hiciera me pasaría, se vomita mucha paja. Y se debe ir al grano. Pero, claro, ella vive de escribir y yo no. El día que pueda pasarme cuatro horas vomitando grano ya seré vieja. Dicen que lo que te hace libre no es el dinero, sino cumplir años. Estoy esperando a cumplir un par de docenas más para decir cuatro cosas bien dichas que hace años que tengo ganas de decir... pero son cosas de aquellas que “después de mí el diluvio”, o sea que quizá mejor esperar a peinar canas. Tengo 32 años y todavía ninguna cana... hay quien se encarga de informarme que si no me salen canas quiere decir que me quedaré calva... ¡no sabéis con qué impaciencia las espero! Aunque creo que calva también estaría muy guapa. ¡Entonces sí que daría la campanada!

Dos escritoras publicadas (tengo un libro de cada una) que tampoco saben como hacérselo para que alguien las ame... veo que no soy tan única como eso... (¿es cosa de mujeres? – lo que pasa es que un hombre no lo confesaría. De hecho, ellas tampoco lo confiesan con todas las palabras.) Una vez un elemento me dijo que las mujeres (que somos el diablo) estamos muy necesitadas de afecto. Jamás había caído que eso pudiera pasar alguien más que a mí... hablo poco con la gente, ya lo sé. Pero es que la gente tampoco te dice estas cosas. Ni tan sólo se lo dicen a si mismos. Supongo que, en el fondo, a todo el mundo le pasa. Escribir... buscar el amor.. buscar el amor.. escribir... De hecho, es comprensible que haya quien meta la cabeza en el horno. Cómo mínimo se está calentito...

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