miércoles, 20 de mayo de 2009

El invento del siglo

Algo que no he dicho nunca y que también agradezco enormemente al blog es que me haya retirado de pertenecer a la categoría de los pesados que asedian familiares, amigos, conocidos y saludados para que estos se lean lo que ellos, como buenos pesados, han escrito, y que se mueren por mostrar a todo el mundo. Desde que tengo la posibilidad de publicar el blog, no he tenido la necesidad de molestar a nadie más. Y eso, quieras o no, es un descanso y una liberación, porqué no es agradable abusar de la paciencia de nadie, y todo el mundo tiene muchas cosas que hacer y pocas opiniones literarias que dar. Ahora, si alguien quiere leérselo sabe que tengo el blog y puede hacerlo. Y, si no quiere leerlo, no pasa nada, porqué estoy segura que alguien más se lo leerá. Y, lo más importante: siempre habrá alguien de buena fe a quien le guste lo que escribo. Ya sé que puede haber gente que se ría de ello, o que no le guste, o que no le interese. Eso ya lo sé. Pero, teniéndolo publicado, siempre está la posibilidad que llegue a alguien, y lo más importante, no hace falta perseguirlo para que se lo lea. Se lo leerá porqué querrá, no porque sea amigo tuyo o porqué no sepa como sacársete de encima. Creo que eso de los blogs realmente es un avance, porque ya no hacen falta los “amigos del escritor” que leen lo que escribes, sino que puedes separar entre la gente que te lee y la gente que aunque no te lean son amigos tuyos. Me diréis: una persona que te conoce puede darte su opinión sincera, su crítica, en cambio un lector internáuta cualquiera no te da su opinión: me ha dado cuenta que la opinión que te pueden dar los demás cara a cara tampoco está libre de condicionantes. Tan parcial y limitada es la opinión de alguien a quien conoces como al de alguien a quien no ves la cara; pueden atreverse tan poco a decirte las verdades que necesitas tanto los unos como los otros; de gente que realmente sepa hacer críticas útiles continua habiendo muy poca. Lo que me interesa de verdad es que se lo lean, tener audiencia (aunque sea una audiencia limitada), alguien a quien mis palabras lleguen. Y el blog es eso, la posibilidad de que la gente se lea de buen grado lo que escribo, sin obligaciones, sin hacerlo para quedar bien, y también me ahorra ver la risita de burla que se les pinta la cara a algunas personas con según qué escribo. Estoy firmemente convencida de ello, el blog es un gran avance... ¡Gracias blog!

1 comentario:

Anabel Rodríguez dijo...

¡Vivan los blogs! ¡VIVAN!. Sigue escribiendo, y nosotros leyendo. Lo de la crítica es algo más complejo, pero al menos tienes la seguridad de que estaremos aquí leyendo.
Saludos