lunes, 1 de junio de 2009

Sobre eso de juntar letras

«Conozco una historia que vale la pena de ser explicada. Va de un libro grueso y de una escribienta. La escribienta, cuando todavía no se podía considerar como tal, hace un master de escribiencia aplicada impartido por la gente que tiene la sartén por el mango. Conoce gente, que para eso paga el kilo que vale el master, y alguno de estos sartenarios, que trabaja en una editorial de prestigio, le hace una propuesta: escribir un libro.

Pues, ¡adelante las hachas! Ahora bien: el tema, lo propone la editorial: se encuadra en un género que en el mercado actual tiene mucha tirada. Le fijan la ambientación, le ponen a disposición un equipo de investigación para urdir una trama sin trampas, y le dan un plazo de pocos meses para presentar lo que antes se llamaba el manuscrito. Que no se preocupe, donde no llegue en talento, llegaran los correctores, que no sería la primera vez que deben reescribir el desiderátum de turno que les cae en las manos.

La futura escribienta, que desconoce la acentuación de los pronombres personales y la existencia de los puntos y comas, pero que tiene una Lucía Etxebarría dentro a punto de explotar, hace años que sueña su gran oportunidad. Como también hace años que se presenta a centenares de concursos con textos remedados por las amistades más letradas, que han tenido que sudar la gota gorda para volatilizar las bandadas de faltas de ortografía que lucen en su obra con todo su esplendor. Oh, es que el corrector del word eso del “si no/sino” y del “por que/por qué/ porque/porqué” no me lo ha detectado, tampoco debe ser tan importante.

La chica es “echá pa l’ante”, eso no se le puede negar, así que acepta los tratos con las mejillas encendidas y trabaja de sol a sol durante los meses acordados para parir el libro grueso de qué hablo. Si debemos nombrar el tema económico, tenemos que para todo el trabajo el importe son mil y tantos euros, y los derechos y todo el remedo, para la editorial. Si tiene éxito, ya hablaremos. Ya puedes cerrar la boca.

El caso es que el libro hace ya unos meses que luce en los colmados, hoy lo he ojeado, y puedo afirmar que tiene puntos y coma y pronombres personales bien acentuados. Cuando salió, recuerdo que la editorial le dedicó una faja publicitaria en un periódico que decía algo como: les escritora revelación del año. Y tanta revelación: para mí, descubrir como se hacen los libros hoy en día a través de ella, sí que lo ha sido, y de bien sonada. »
oportunitats/ Va de libros/ jueves, 6 de diciembre de 2007

(extraído del blog Registres Particulars)

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