domingo, 9 de agosto de 2009

Mentalidad medieval

Me avisa mi librero que eso que Tristán e Isolda no le dijeran al rey Marco lo que había pasado entre ellos en el barco no se trata que Isolda quisiera ser reina a toda costa, sino de la mentalidad medieval. Tristán es un súbdito del rey Marco. Isolda es un trofeo que le lleva. Son propiedad del rey Marc, y están a sus ordenes. Como tales, ni tan solo pueden plantearse salirse del dibujo de su destino, quiero decir que ellos no pintan nada, ni pueden decidir nada. Simplemente, Isolda está destinada al rey Marco, es para él, y confesar la verdad, a pesar de lo que el mismo rey dice al final de la historia, sólo les hubiera traído nefastas consecuencias. Sería como si Tristán hubiera llevado una camisa de seda muy valiosa como regalo para el rey Marco, y que el rey Marco la hubiera estado esperando con impaciencia, y que la hubiera roto. Evidentemente, cuando eso se hubiera sabido no le habría traído más que problemas... En la mentalidad medieval, las personas pueden ser una propiedad, y las propiedades aceptan su destino sin platearse que este pudiese ser diferente. Pensar que son ellos quienes “escogen” es verlo con ojos de persona de nuestra época.

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