sábado, 22 de agosto de 2009

Significarse

A menudo, cuando veo al autor de un blog comprometido con una causa, pienso: eso está muy bien, eres muy buena persona, pero... ¿dirías lo mismo si aquí y ahora no tuviéramos libertad de expresión? ¡Qué fácil resulta luchar por una buena causa cuando sabes que no serás perseguido por hacerlo! Los que defienden causas tan alegremente deberían plantearse, solos consigo mismos, si, en el caso que defender aquello fuera perseguido, si se fuera a la cárcel por defender aquello, lo defenderían igualmente. Yo lo tengo claro: en caso de persecución, yo no lo haría. Esta es la razón por la que no me comprometo con “causas”.

Está muy bien que un escritor defienda los derechos humanos, pero, ¿lo haría si eso pusiera en peligro sus propios derechos? Sólo en ese caso la lucha es aceptable. Está muy bien ser un escritor comprometido, pero también ha de tenerse muy en cuenta el contexto en que se adopta este compromiso. Demasiadas veces, en este nuestro contexto, estas reivindicaciones son solo figuración, una manera de relacionarse; nos afiliamos a estas causas como un lujo más de nuestra sociedad bien cebada, pero este compromiso no representa ningún despeinamiento real para el tan prestigiado “escritor comprometido”...

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