miércoles, 21 de octubre de 2009

Conflicto psiquiátrico con la realidad

Veo en un blog que me gusta mucho como se habla de la importancia de lo que no existe refiriéndose a las historias que pueden leerse en los libros. Como una historia que alguien se ha inventado y que leemos en un libro puede llegar a ser importante para nosotros. Como aquello que no existe puede llegar a ser importante. Me doy cuenta que me gustaría haber escrito estas palabras, y cuando me doy cuenta de porqué yo no puedo decir esto, la respuesta me entristece. Porque es evidente que dar importancia a lo que no existe distinguiendo que no existe sólo puede hacerlo una persona sana. Alguien con una enfermedad mental, alguien que en algún momento de su vida se haya encontrado que no distingue lo que los demás dicen que es la realidad y haya sido medicado por ello, es evidente que jamás podrá hablar con esta ligereza de dar espacio a las “cosas que no existen”. El mundo de los libros es inmaterial, impalpable, intangible, pero existe, forma parte de la realidad para la mayoría de la gente, una realidad de la que se puede hablar. A nadie le medicaran porqué en su vida ocupe un espacio muy importante este “aquello que no existe” que puede leerse en los libros. Lo que no existe y que puede crear conflictos es otra cosa. Jamás he entendido, por ejemplo, porqué la gente que escogen a sus amigos por su signo del zodiaco (yo los he conocido) no deben ir al psiquiatra y no deben ser medicados. Pero por lo que se ve, son gente perfectamente sana la que cree en los horóscopos; inculta, pero sana. Lo que quiero decir es que el problema que tienen con aquello que no existe la gente que sufre, no es con la realidad de los libros, ni con la realidad de los horóscopos, que puede ser inmaterial, impalpable, intangible, pero que existe y se puede hablar de ella. Es con otras cosas. Evidentemente no se puede culpar a nadie que no haya vivido “la realidad que no existe” de hablar con ligereza de lo que “no existe”; nadie tiene el patrimonio de lo que existe y de lo que no existe y de cómo hablar de ello. Pero una vez ya me quejé de los poetas que hablan de la poesía como “de otra realidad”, y que no necesitan ir al psiquiatra por ello. Para mí, cualquier realidad que no entre en conflicto psiquiátrico con la verdad establecida, como lo son la realidad de los libros, la realidad de los horóscopos, la realidad de la poesía, no es otra realidad, simplemente es una de las múltiples facetas de nuestro mundo. Pueden ser facetas más materiales, palpables y tangibles o menos materiales, palpables y tangibles, pero la gente no va al psiquiatra por creer en ellas ni hablar de ellas. Si no existe un conflicto psiquiátrico real, lo siento mucho, pero no puede hablarse de “aquello que no existe”, no puede haber “otra realidad”. Por más que sea un cliché de nuestra sociedad decir que las novelas son “aquello que no existe”, las novelas existen y encajan en nuestro mundo. Aquello que no existe es otra cosa.

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