sábado, 13 de septiembre de 2008

Ojos al tiempo

¿Cómo debe ser ser vieja? ¿Verse en el espejo con la cara llena de arrugas y el cabello cano? Ahora estoy, tal y como decía el poeta, en la flor de la edad; tengo los cabellos morenos y lozanos, tengo la piel lisa (no, no me hace falta maquillaje), tengo aquella chispa en los ojos... es la juventud. El tiempo destinado a cazar uno, a encontrar un compañero en quien poder apoyarme en los años difíciles, los años del invierno, cuando ya no quedará nada sino arroparnos mutuamente como dos manzanitas viejas, se está acabando. Pronto saldrán los las primeras arrugas, las primeras canas; los ojos dejaran de chispear. Pronto dejaré de ser la muñeca que he sido y no podré continuar basando en eso mi búsqueda. Pronto, el tiempo habrá pasado, y con presteza de ladrón, se habrá llevado todas mis esperanzas. Pronto vendrá la nieve, y será demasiado tarde; me encontraré sin nadie en quien apoyarme: me encontraré sola.

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