domingo, 14 de septiembre de 2008

Prender fuego al desastre

_ ¿Qué es tanta amargura? ¿qué son tantos miedos, qué es tanta desgracia? ¿Dónde está tu alegría? ¿Dónde tu buen humor? ¿Dónde están aquellos post irónicos que hacían caer el cabello a los calvos? ¡Tendrás que comértela con patatas, tu pesadez! ¡Venga, espabila y prende fuego a toda esta miseria...! Deja que el corazón te lata bajo la poesía...
_ Ibas muy bien, pero ahora has caído en la cursilería...
_ ¡Mejor ser cursi que ser aburrida!
_ Imagínate que tu blog es la diligencia: has cambiando tantas veces de coche que a buen seguro ya no quedan pasajeros...
_ Así, puedo ser cursi y aburrida, ¿no?
_ Sólo en la intimidad. Para escribir “en publico” se te pide un poco más.
_ ¡Es que yo soy escritora “en secreto”!
_ Claro, porqué no te conoce nadie... ¿Té fijas? Te alaban más por las citas que escoges, por los libres que eliges... que no porqué represente que escribas bien... Parece que tengas un buen ojo para la obra ajena, y un pobre ojo para la obra propia...
_ De todos modos, la opinión ajena es secundaria. Yo siempre hago todo lo que puedo hacer, y es lo mismo tanto si me dicen que es muy bueno como si me dicen que no vale nada... Yo soy la misma persona, y continuaré escribiendo lo mismo.
_ ¿Ves? ¡Ya vuelves a ponerte seria! ¡Has de hacer caer el cabello a los calvos!
_ Algún día quizá me ponga a explicar algún chiste de Arguiñano, pero de momento quien me lee deberá vivir en mi grisura...
_ O rosura... ¡qué las cursis sois de color rosa!

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