domingo, 7 de septiembre de 2008

Transformarlo en palabras

Recuerdo la película Diamante de sangre. Un personaje decía de la protagonista: "se metió tras las líneas enemigas y volvió con 4000 palabras y los ojos chispeantes, más guapa que nunca." También recuerdo lo que me dijo una vez, ya hace mucho tiempo, Álvaro: "tu puedes escribir de lo que te ha pasado dentro". Se refería a mi proceso de locura, que él ayudó a compactar. Es evidente que yo, para obtener 4000 palabras, no necesito meterme tras las líneas enemigas. Las líneas enemigas las tengo en el interior de mi cabeza. Tengo bastante con sumergirme en el interior de mis entrañas. Y vuelvo de estas inmersiones, no sé si con los ojos chispeantes, no sé si más guapa que nunca, pero con palabras. Ahora la pregunta es si lo sabrá hacer lo suficientemente bien, eso de meterme dentro del interior hostil para destilar estas palabras, las palabras de mi enfermedad, pero también las palabras de mi vida como artista, las palabras que me han llevado a ser lo que soy escribiendo, aunque eso no sea demasiado. Si con las palabras tendré suficiente para expresarlo.


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