viernes, 15 de mayo de 2009

El reflejo del burro

Muchas veces leo u oigo en los medios de comunicación críticas a la televisión. Que si es infecta, que si nos trata como si fuéramos subnormales, que si no puede llegarse a ver... Lo que nunca te dicen es que... ¡nadie está obligado a ver la televisión! ¡Se puede apagar! ¿Qué sentido tiene constatar que la tele nos aborrega, pero continuar viéndola? Porqué las críticas a la tele no vienen de la gente que no la ve, ¡vienen de la gente que la ve! (Yo, por ejemplo, que no la veo, nunca critico la tele...) ¡Y la ven a pesar de todos estos supuestos defectos que la tele tiene! ¿Qué encuentras que lo que echan por la tele es denigrante? ¿Quién te obliga a verlo? Porqué estos programas son los que tienen más audiencia: a todos los que ven la basura que echan por la tele nadie los obliga a verla, la ven porque quieren, porqué les gusta. Si la humanidad en su conjunto es una basura no nos ha de extrañar que la tele nos refleje como a una basura. Nuestros inventos nos reflejan; si en un espejo se mira un burro no puede devolver la imagen de un apóstol. Es más, los hay muchos preocupados porque los jóvenes, con el auge de la red, se dedican a navegar por internet y no ven la tele... ¿qué será de nuestra sociedad tal y como la conocemos si no vemos la tele? ¡Vamos hacia la autodestrucción!

Yo no quiero predicar nada, pero me gustaría que, antes de ponerse a criticar la tele, la gente se preguntase... ¿estoy obligado a verla? ¿No? ¿Lo hago? ¿Sí? ¡Pues de qué narices me quejo!

4 comentarios:

Anabel Rodríguez dijo...

Hoy discrepo, creo que para poder criticar la tele, como para alabarla (que también tiene sus cosas buenas) hay que conocerla, y eso puede predicarse de casi cualquier otro aspecto de nuestra vida. ¿Cómo puedo criticar internet o los blogs, si no los visito? ¿Qué puedo decir del fútbol si no lo conozco? Si no leo libros ¿puedo aportar algo?.
Creo que yerras, por supuesto que nadie nos obliga a ver la tele (sería lo que nos faltaba), pero como bichitos libres que somos podemos decir lo que tengamos por oportuno, sobre todo cuando la hemos visto.
Criticar o alabar lo que uno no conoce resulta demasiado atrevido.
Uno se queja del martirio que conoce, alaba las virtudes que vive, las que le son propias, no tendría sentido hacerlo con aquello que le es desconocido. Nos quejamos porque queremos que determinadas facetas de nuestra vida cambien, porque nos desagradan y ese desagrado no puede venir dado del prejuicio sino del conocimiento (aunque sea mínimo)
Saludos

Ferragus dijo...

Los medios de comunicación, necesitan la crítica; cómo podrían generar una línea editorial, sin la información proporcionada por ésta. La crítica, a mi entender, no va dirigida al publico, sino más bien, a un medio en particular.
Espero no equivocarme, al pensar que aludes, Clara, al lugar común que se ha vuelto la critica, en particular a la televisión, en estos días. Enerva ver los más variopintos personajes ‘criticando’ a los medios de comunicación y subestimando al espectador en su capacidad de discernimiento. En ese sentido, también me molesta la crítica.

Un beso, Clara; y por tu intermedio, otro para Anabel.

Anónimo dijo...

Esther, temo que este comentario no está para nada relacionado con la entrada que has escrito, pero encontré una escritora que quizá pueda interesarte: Janet Frame. No hay mucho traducido de ella al castellano, aunque sí su autobiografía sería un buen comienzo. Ya me dirás que te parece.

Cinthia

Clarissa dijo...

Muchas gracias Cinthia, voy buscar.