lunes, 12 de octubre de 2009

Entusiasmo en estado salvaje

A mí me gusta mucho lo que escribo, pero a la gente también les gusta el olor de sus propios pedos... (esta frase no es mía, la he sacado de alguna parte, no sé de donde, pero la cuelo como mía porqué la subscribo completamente). Es evidente que para que a alguien no le gustase algo a lo cual dedica tiempo y esfuerzo y además lo pasa bien haciéndolo, debería tener algún problema... No sólo me gusta mi blog, sino que estoy muy orgullosa de él. Pero claro, yo creo que jamás debe olvidarse que no todo el mundo puede estar de acuerdo con nuestro entusiasmo, y que si los pedos huelen bien para la persona que se los tira, para los demás son bastante desagradables... No digo que un post sea como un pedo, sólo digo que se debe ser consciente que no todo el mundo se entusiasmará con nuestros posts como nosotros mismos nos entusiasmamos con ellos. Eso ni los autores consagrados o superventas que escriben libros de verdad deberían olvidarlo, porque a veces lees entrevistas y hay muestras de cada ego suelo... Ahora, a mí me es fácil ser modesta (no tengo más remedio, además) porqué no tengo ninguna “carrera literaria” de alto voltaje que me dé cuerda en este sentido, pero, claro, ya veríamos, si la tuviera, si no me subirían los humos... (Humos que según algunas personas ya tengo lo suficientemente altos; personas que confunden mi timidez y retraimiento naturales con un orgullo sin domesticar.) En fin, supongo que todo es relativo, y que no se puede pedir a todo el mundo que conozca a las personas y sus heridas.

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